lunes, 31 de enero de 2011

CACAO Y CANELA


La gota de café se aferraba a su boca, imagino el nado de mis palabras en su ombligo, el olor de la mañana se escurre por los labios del balcón, el libro de “wilde” se arrojo al vacio, fue secuestrado por la alfombra, el llanto de las hoja revelo la caída, nos robo la Mirada, lubrico nuestras intenciones, su sonrisa se despeinaba frente a mis ojos, agitando los arboles de mi paciencia como las patas de una hormiga, cada hebra de su cabello balbuceaba secretos mojados a la superficie del deseo alojado en los rincones de mis dedos…
Jmm.. ( un suspiro)
Su mirada se enterró en mi pecho, sus dedos crucificaron mi espalda, el sol de forma tímida espiaba por la ventana.
Nuestras voces se alojan en las sabanas, ligando cacao y canela entre los bordes de la cama, con una furia hambrienta, nuestras bocas se endulzan, se ensucian, se deshonran, se adornan, se marchitan, se consumen, con el uno,
con el otro.
El desastre se queda inanimado, quieto, diluyendo las dulces gotas de sudor en el silencio, con el jadeo húmedo y quebrantado de la complacencia matutina.


Por siempre de tus ojos.
Juanjo.

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