Se cuajaron los lunares en las llanuras del ensueño, cuando tu grito se rompió en el eterno silencio, las nubes balbucearon tu acento, una gota emergió de tu canto singular.
El rostro comulga tu identidad, las ramas se secan con el llanto frio de tus manos… en tu vuelo haces una parada, tus alas me muestran la señal.
La depresión encoge tu ánimo, y en ese instante el idioma empieza a dejar de ser nuestro.…
Juanjo.
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