domingo, 5 de octubre de 2008

Fragmento de algo que estoy escribiendo, pero que no me atrevo a revelar todavia...


Una canción de Roberto Goyeneche llamada "El Percal" emigraba de la radio a la cocina pintando de nostalgia el instante mientras el llanto de las mecedoras se dispersaba cadenciosamente consolando el sorbo de café que se acurrucaba en su boca.

La novela va ta’ buena hoy! – Con entusiasmo le dijo doña tatika a una de sus hijas.
Si la lu’ de’ja que la veamo’ ¡! - Respondió Rosario cubierta de sarcasmo.

Cerca de ellas las hadas tomaban forma de siguitas; unas aves de pequeña estatura que chirriaban y pululaban alrededor de unos granos de arroz tirados en el patio, frente a la puerta de la cocina.

La taza de café se resbalo de las manos, los dedos temblorosos y arrugados, se quedaron mudos antes la palabras de auxilio que arrojo la taza al caer.

El liquido negro y tibio se abrazaba y se consumía en el piso de la cocina junto a los escombros del platillo y la taza de cerámica.

Con la taza llena de recuerdos y café doña tatika recién se levantaba de la mecedora, cuando un sonido infernal desato una histeria congelando y sorprendiendo todo a su alrededor...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusto el pedacito, espero leerlo completo. suerte !!!

Anónimo dijo...

a mi tambien me guto, espero que te siga quedando bien!!!!!! Suerte!!!!!!!

Unknown dijo...

Solo puedo decir que una sensación de suspenso me invadió al leer la ultima parte del fragmento...