El relámpago nace y no tiene tiempo
de recordarse a sí mismo.
Rasga el rostro del cielo,
y no llega a comprender
que es la única herida de la nada.
¡Quién pudiera escalar su esquelética
forma de raíz
para mirar por sus rendijas
el escondite de Dios!
Jose Acosta. Escritor Dominicano.
2 comentarios:
Completamente identificada con el relámpago. Deleita o atemoriza y en algunos casos provoca ambas sensaciones, pero jamas se dejara penetrar, nadie lo poseerá, nadie lo dañará y lo mejor es, que su única forma de manifestación es "LA LUZ", la inmensa y transparente luz.
Un abrazo.
es mas bien un ser indomable y fugaz que por un pequeño lapso de tiempo nos deleita con su rebeldia, que solo permanecera en los recuerdos de aquellos que quedaron admirados con su belleza
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