
Amin Abel Hasbun.
El viento palpitaba en los suburbios, el sol destilaba
sus primeros soplos de luz en las paredes del misterio,
sus pasos eran apresurados, una gota de sudor acariciaba
su mejilla y el soporte de sus gafas,
(El dedo untado de salsa roja murmura los labios infantiles
que llegan del mandado casero,
una señora exilia el polvo de sus aceras.)
la ansiedad se refleja en sus manos, abre la puerta,
brazos femeninos lo reciben, un vientre inflado de ternura cambia
de posición con la friega de sus manos.
…, …, …, …, …, …, …, …, …, …, …, …,
Una, dos y más balas entraron en su cuerpo sin permiso,
con una orden oscura y roja,
orden que quebró la conciencia,
orden que quebró la libertad,
orden que quebró la esperanza…
…un barrizal de sangre
se acomodaba en el suelo cerca de la mecedora,
los cartuchos dialogaban
en los aposentos citadinos,
una historia invisible apareció entre las hojas de un libro,
y el silencio que embutía la mañana.... se fragmento.”
sus primeros soplos de luz en las paredes del misterio,
sus pasos eran apresurados, una gota de sudor acariciaba
su mejilla y el soporte de sus gafas,
(El dedo untado de salsa roja murmura los labios infantiles
que llegan del mandado casero,
una señora exilia el polvo de sus aceras.)
la ansiedad se refleja en sus manos, abre la puerta,
brazos femeninos lo reciben, un vientre inflado de ternura cambia
de posición con la friega de sus manos.
…, …, …, …, …, …, …, …, …, …, …, …,
Una, dos y más balas entraron en su cuerpo sin permiso,
con una orden oscura y roja,
orden que quebró la conciencia,
orden que quebró la libertad,
orden que quebró la esperanza…
…un barrizal de sangre
se acomodaba en el suelo cerca de la mecedora,
los cartuchos dialogaban
en los aposentos citadinos,
una historia invisible apareció entre las hojas de un libro,
y el silencio que embutía la mañana.... se fragmento.”
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